Y, que me dicen ahora? La caja es un gran invento para dormir, pero yo ya sé salir de ella solito. Me estiro todo y llego al borde de arriba. Me engancho con mis fuertes garras y empiezo a elevarme. Luego con un valiente y elegante salto, de alguna manera caigo para afuera. Salvo las obras del Señor, los hechos como de los gatos, suelen ser perfectibles. La cosa es que termino afuera de mi caja, y lo hago, como decía Frank Sinatra, "a mi manera".
Papi se encontró frente al problema de que yo salgo pero no puedo volver a entrar a la caja, por ejemplo para dormir. Hay que plantearle desafíos a Papi. Es un genio resolviendo graves problemas. A veces necesita hacer un par de diagramas para entender, pero a la larga sale con buenas cosas. Esta vez, usó la tapa de la caja de tobogán de acceso. La tapa abierta llega hasta el piso y queda inclinada. para facilitar la trepada, fijó con su engrampadora (mira que término) un trapo sobre la susodicha tapa. Esta se convirtió en una cómoda rampa de acceso.
Una imágen vale por mil palabras. Vean este videito para entender el tema.
Veanlo tranquilo. Pueden pasarlo varias veces, hasta entender bien el concepto de "rampa". Ahora ya lo pesqué perfectamente. Como toda gran idea, es muy simple. Y me resulta práctico. Entro, salgo, entro, salgo. Y cuando a mí se me antoja. Está bueno!
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