Día tranquilo

Resulta que Mami tiene premoniciones. Hace meses dijo que quería un gatito. Alguien, a quien no podemos recordar, le regaló un gatito de peluche, gris, de ojos azules, muy simpático. Yo creo que fué Papi, pero no hay consenso en la memoria familiar. Mami lo puso encima de su pantalla de la compu y desde ahí ese falso engaño la acompañó durante meses.
Cuando llegué yo, por supuesto desecharon ese émulo mal habido. Yo lleno todas sus necesidades de gato. Y adivinen dónde fué a parar el peluche?

Ayer fueron al cine y yo quedé sólo por primera vez. Ellos estaban preocupados por mí y se pasaron pensando  como me las iba a arreglar. Fue fácil: me metí en la caja, arañé al peluche y me dormí.
Esta mañana Mami empezó a trabajar también. Así que volví a estar completamente solo. Pero en realidad a mí me importa poco. Cuando no me juegan, yo duermo y crezco. Aprovecho el tiempo al máximo.
Cuando Mami volvió, estaba llena de culpa y me jugó un montón y me cepilló bien. Es lindo cuando te cepillan.

Y les dejo una última foto, solo para mostrar como estoy creciendo.