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lunes, 7 de febrero de 2011

Sabri y muchas cosas más

Hujjj, qué día. Estaba yo durmiendo absolutamente tranquilo en mi caja, al lado de la cama de Mami. Y hubo un ruido feo, que no paraba de sonar por largo rato. Papi murmuró cosa feas, no aptas para oídos de gatos pequeños, manoteó algo repetidas veces y después no hubo más de ese ruido. Papi se levantó y se fué a trabajar.
Tuve que maullar. Y no, no me sale. Pero con tiempo y esfuerzo, ya va a sonar más convincente. Es lo que hay. Si a alguno no le agrada, que maulle él. y chau! El asunto que logré despertar a Mami. Rugido tipo león no, pero he conseguido lo que me propuse. Y se levantó y se puso a prepararme mi desayuno. Ella no sabía donde ponerme, así que me sostuvo con la izquierda, mientras con la derecha ponía piedritas del alimento balanceado en un plato hondo de vidrio y empezó a molerlo con el martillo que Papi le dejó preparado. Es hábil mi Mami! A que a vos no te sale y rompés el platito y desparramás todo...
Hoy el desayuno estaba bastante mejor. parecería que no se puede hacer mal un alimento balanceado con leche tibia, pero te doy mi palabra de honor de gato que las primeras veces era una porquería lo que me dieron. Gracias a Dios, ahora vamos mejorando. La comida es una cosa muy importante para mí. Eso me lo enseñó Papi, que piensa igual.
Hablando de comida, Papi volvió temprano a la tarde. Estaba Sabri, vino a visitarnos. En realidad vino a verme a mí, lo sé, pero por cortesía hizo extensiva su visita a Mami&Papi. Que chica macanuda! Y tan linda y simpática. Creo que envidio a Tomy. Creo que hasta tenía olor a gatitos!
Me jugó un montón y me elogió. Mi temor es volverme agrandado de tanta franela. O seré un gato tan maravilloso, genial, precoz, habilidoso, sedoso, despierto, suave, dúctil y un par de cosas más que no puedo enumerar porque lleno el Blog. Y, quien soy yo para juzgarme? Si todos lo dicen, un millón de humanos no pueden equivocarse.
En cuanto a la leche, ahí tenemos un problema. Si fuera por mí, yo lo tomaría del platito. La cosa es que me cansa mucho. Claro, mi lengüita no es una cucharra sopera precisamente. Y bueno, para juntar una cantidad de leche significativa, tardaría un largo rato. Ni yo ni Mami tenemos paciencia para eso. Así que seguimos con el viejo método de la jeringa. Si uno lo mira con cariño e imaginación, se parece a una mamadera.
Se dan cuenta como funciona? La ventaja que tiene es la velocidad, no la elegancia. Si buscan glamour, no es por acá. Pero sirve. Seamos pragmáticos.

El desenlace se produjo a la tarde. Papi se fué con la chequera, poniendo cara de serio y dijo que va a la Inmobiliaria. Volvió como una hora más tarde, se abrazaron con Mami y manotearon el champán de la heladera. No entendí de que se trataba y no me llevaron mucho el apunte. No dejaron de besuquearse y decirse que buen hijo tenían y lo importante que era tener un departamento propio. Supongo que hablarían de donde yo iba a vivir en definitiva. Me encanta verlos tan contentos.

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